Los hombres no suelen recibir suficiente apoyo en lo que respecta a la salud mental, y las razones son complejas. Aunque la ayuda es fácil de conseguir, especialmente con la llegada de opciones de terapia en línea más asequibles, muchos hombres dudan en acudir cuando más importa.
Trágicamente, el suicidio en los hombres es una tendencia en constante crecimiento, y las estadísticas muestran que los hombres tienen casi cuatro veces más probabilidades de suicidarse que las mujeres. Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) informan de que el suicidio fue la séptima causa de muerte entre los hombres en 2015. Mientras que más mujeres intentan suicidarse que hombres cada año, los hombres son más propensos a elegir formas letales de suicidio que resultan en la muerte. En 2019, los hombres blancos representaron más del 69% de las muertes por suicidio solo en Estados Unidos.
Múltiples factores aumentan el riesgo de suicidio de una persona, pero la depresión, los pensamientos y sentimientos desesperados y la adicción pueden contribuir. Además, tener un progenitor que haya muerto por suicidio puede multiplicar el riesgo por diez o más. Esto puede deberse a factores genéticos, como la tendencia a la depresión, pero el hecho de que un familiar se quite la vida puede transmitir el mensaje de que el suicidio es una salida válida cuando las luchas de la vida se vuelven demasiado intensas.
Se puede salir adelante cuando la vida se pone difícil, pero nadie se recupera solo. Si sospechas que un ser querido está luchando contra la depresión o la desesperanza, esto es lo que debes saber. Y si eres tú quien se siente en riesgo de suicidio, hay esperanza.
Cómo reconocer los factores de riesgo
Los factores de riesgo de suicidio incluyen una combinación de actitudes personales y culturales, comportamientos y problemas de salud mental que pueden aumentar las probabilidades de que una persona muera por suicidio.
Los principales factores de riesgo son
Enfermedades mentales, como la depresión y los trastornos del estado de ánimo
Pérdida de un amigo íntimo o familiar por suicidio
Falta de acceso a una atención de salud mental adecuada y asequible
Adicción o abuso de drogas y alcohol
Enfermedades y lesiones crónicas
Aislamiento social continuo y falta de apoyo comunitario
Pérdida de empleo o crisis vital importante
Estigma asociado a la búsqueda de ayuda
Acceso a métodos letales
Además, un historial de intentos de suicidio previos puede aumentar el riesgo de morir por suicidio. Es importante conocer los signos de advertencia del suicidio para poder intervenir cuando más se necesita.
Entender la prevención del suicidio
El riesgo de suicidio puede reducirse con medidas preventivas: no es un resultado inevitable de un trastorno mental o de una crisis vital. La prevención eficaz del suicidio implica múltiples enfoques, y el conocimiento es el primer paso. Si observa las siguientes señales de advertencia en usted mismo o en un ser querido, actúe. Inicie la conversación y busque ayuda.
Expresar desesperanza
Hablar de cómo suicidarse y buscar armas o drogas
Aumento del consumo de alcohol o drogas
Expresar sentirse atrapado sin salida a un problema
Retraimiento social y aislamiento extremo
Fijación en la rabia o pensamientos de venganza
Recursos críticos y apoyo
Sufrir solo y en silencio aumenta los riesgos para tu bienestar y, por desgracia, a menudo se anima a los hombres a seguir solos cuando surgen problemas. Sin embargo, puedes desafiar esta tendencia y trabajar para que los demás conozcan tus experiencias. Es importante que las personas en las que confías sepan cuándo te duele algo, y saber cuándo es el momento de pedir ayuda puede marcar una diferencia crucial en lo bien y rápido que te recuperes. Los siguientes recursos son un buen punto de partida.
Línea Nacional de Prevención del Suicidio
Fundación Americana para la Prevención del Suicidio
Instituto Nacional de Salud Mental
Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias
Si sospecha que alguien que le importa está en riesgo de suicidio, intervenga y busque ayuda. Aunque en última instancia no puede controlar las decisiones de otra persona, no subestime su capacidad para marcar una diferencia positiva en la vida de alguien.
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